jueves, 27 de octubre de 2011

Qué importante...

...es saber discenir lo que vale de lo que no vale la pena...

(M)

martes, 25 de octubre de 2011

Oda al buen compañero

18.07 Todos a bordo de la combi para el regreso laboral.

Avanza media cuadra y frena. Un rumor corre automáticamente: "uh se pinchó la goma".

Escucho el murmullo de un compañero. Pensando que me habla a mi, le pregunto "¿qué?"

Con risa socarrona, me repite "Que ojalá llegué hasta la Lugones por lo menos", que es donde el baja, claro. Que el resto nos quedemos en medio de la autopista, le importaba un pito.

Genial lo tuyo, tu compañerismo y egoísmo cotizan en bolsa.

(M)

miércoles, 19 de octubre de 2011

Vino para quedarse

Cuando sentís que no querés estar en el lugar en el que estás, no hay vuelta atrás.
Es en lo único en que pensás hasta irte.

(M)

martes, 18 de octubre de 2011

En la era facebook, twitter y mail...


...mis vecinos dejaron una queja real, en un muro real compartido: el ascensor.

(M)

lunes, 17 de octubre de 2011

Entiendo perfectamente...cuando hay algo que entender

"Yo sé que es difícil entender lo que te estoy diciendo..."

"¿Muy complicado de entender, no?"

No. El problema es que no lo sabés explicar porque evidentemente es una pelotudez supina que ni vos entendés. Si no podés explicarlo, el problema no es mío sino, claramente, tuyo.
Mi capacidad de entendimiento todavía va viento en popa.

(M)

jueves, 13 de octubre de 2011

Yo, una vez...

...perdí una tortuga. Estaba en el campo, la tortuga (que mi hermano quiso tener y después se ocupó 0) me daba pena en su caja y la dejaba salir a caminar, libre, por el pasto. Minutos de distracción y cuelgue a mis ya tempranos 9 años, hicieron que la perdiese de vista. Escena siguiente: los 4 (mamá, papá y hermano) arrastrando los pies por el área de paseo y focalizando para encontrarla mimetizada en el pasto.

...con el boom de los Cds, pregunté si era verdad que tenían vencimiento a los 10 años (tal como había "escuchado por ahí")

...discutí fervorosamente con mi familia sobre las calorías de una aceituna. Estaba convencida que tal como había "escuchado por ahí", una aceituna engordaba lo mismo que una milanesa con papas fritas

...me fui al boliche con una pollera colgada en la espalda. Si, insólito. Nos juntamos en lo de una amiga, en el sillón había una pollera negra de la madre, yo me apoyé y la pollera se me enganchó en la espalda sin que yo siquiera lo notase. Me abrigué con suéter y campera. Entramos al boliche, me desabrigué y cargué la pollera, cual capa de superhéroe, largo rato. Hasta que la vieron mis amigas. La tentación de risa duró horas.

Desvariaciones como estas cubrieron mi infancia, adolescencia y siguen inundando mi adultez...
Confieso.

(M)