miércoles, 23 de junio de 2010

Me hago cargo

Una caída en público nunca es grata, una casi caída mucho menos. Pero ante lo inevitable hay dos opciones: hacerse la boluda o con la frente en alto admitir la derrota ante el efecto de la gravedad.
Hacerse la boluda implica una especie de improvisación espontánea para ocultar el dolor, un chasquido de boca mirando al piso como acusando a la vereda por ser tan entrometida y provocar que trastabillemos o una rápida y casi enojada reacción en posición de rauda huida, ante la pregunta de algún transeúnte que osó darle trascendencia a lo que queremos esconder y nos pregunta "¿estás bien?".
Pero sin dudas lo heroico en estas situaciones es parar, dejar salir el dolor si es que lo hay y mirar de frente a todo aquel testigo involuntario, callado o participativo y admitir "casi me mato...pero estoy bien" sonreir...y seguir.
Así fue en mi última bajada accidentada del 60...un centímetro más y las consecuencias eran gravísimas...salí airosa de la caída y del espectáculo ofrecido.
Si eso no es valentía, la valentía donde está.

(M)

4 comentarios:

  1. Sepa usted acrobatica mujer de sonrisa sinfín que la valentia radica en la penetracion a las fauces del 60. Colectivo que puede hacerlo esperar a uno 15 segundos o 45 minutos en el mismo horario con un dia de diferencia, desorientando asi a todo aquel que necesita o desea ser pasajero frecuente (con la heladera vacia y un Kechupt semi usado)...lo de caerse bue....las veredas, los cordones tienen esas propiedades!

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  2. Si!! totalmente!!! Valentía es decidirme a tomar el esquivo 60!!! Hablemos de eso!! Cae el mito de "el 60 nunca te deja tirada" es una mentiraaaa...imposible descifrarlo...tal cual lo describe el profeta de los bondis...que viste boina y aura blanca...y que alguna vez soñó ser Susú Pecoraro...

    (M)

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  3. el tema no es ni el 60 ni la vereda ni los transeuntes de mierda etc etc etc, el tema es como no cuidas tu cuerpo, como no te tomas el tiempo para cuidarlo, como lo antepones a todo y fundamentalmente al descuido, obviamente estoy hablando del cuerpo que silenciosamente es caja de resonancia de todas nuestras emociones. yony

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  4. Yo, que me caigo en cuanto espacio público existe, te recomiendo: te caés, llorás de la risa hasta que se hace de noche —sin permitir que nadie te levante—, y te volvés a tomar un bondi hacia tu casa. Y listo.

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