La puerta estaba entreabierta. Se asomó.
Pegó 3 gritos. Nadie contestó. Gritó dos veces más. No había nadie.
Cerró y se fue.
A los 10 metros, volvió sobre sus pasos. Intentó abrir la puerta y no pudo. La empujó, rompió el picaporte...no pudo.
Se sentó a llorar.
Estaba convencida de que había perdido su sombra...la había dejado olvidada y encerrada del otro lado.
(M)
sábado, 4 de septiembre de 2010
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Que despistada la puta madre, no se la puede dejar sola!
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