jueves, 22 de septiembre de 2011

Regalo de medianoche

La voz. Se vuelve difusa, se va borrando.

Lo primero que a uno se le escapa de la memoria cuando pierde a alguien, es su voz.
Te desespera, querés retenerla, reproducirla en la mente con la misma música, tal cual era...y no, es imposible...

A menudo trato de escuchar la de mi viejo, aún sabiendo que no lo logro, lo intento.

Ayer, en cambio, me puse a recordar su abrazo. Sus manos, su intensidad, su amor profundo. Un abrazo siempre presente, nunca dado al pasar, firme, sentido.

Eso si pude hacerlo a la perfeccción.
Con esa nitidez certera, ese abrazo me acompañó las 2 cuadras que caminé del colectivo a mi casa a la medianoche...

Y así, de repente, me di cuenta que evoqué ese recuerdo con una sonrisa y no con una lágrima como hace rato...

(M)

8 comentarios:

  1. Hermoso lo que escribiste. Que bueno lograr evocar esas cosas de las personas perdidas.

    abrazos totales.

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  2. Tocaste el costado que duele mas.

    Es viernes, esta feo afuera y en mi ojo derecho se asomó una pequeña lagrima.

    Es asi, nos hacemos los duros pero somos bastante llorones

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  3. ¡Qué lindo! Me sorprende la manera en que uno puede guardarse sensaciones físicas como recuerdos. Impresionante.

    Besotes! Pipis.

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  4. si te quiero es por tu buena letra, y por tu capacidad de contar estas cosas. Va mi abrazo sureño. ¡Grosa mi amigor!
    (soy yo, Beta, pero no sé x q corno no puedo publicar con nuestra cuenta así que puse anónimo ;)

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  5. Coincido con Pipistrela, es muy curiosa esa facultad. Tu escrito, una fragancia, etc. Capacidades humanas, no todo es tan malo.

    Muy bueno, felicitaciones.

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  6. ¡Qué hermoso! La capacidad de sentir...

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