sábado, 2 de julio de 2011

Gentileza a domicilio

No soy delicada, me pongo y me saco la bufanda y la campera de manera bruta, desprolija y más de una vez en esos menesteres se me pierde, entre otras cosas, algún aro. Sale volando, no me doy cuenta y cuando noto su ausencia probablemente ya esté en otro lado, horas después y encontrarlo es tarea imposible.
Días atrás perdí uno.
Una vez más prendí la luz de ilusión "tal vez aparezca por ahí en cualquier momento"

Sábado al mediodía, salí a comprar fruta y cuando vuelvo...oh sorpresa...en el ascensor, colgadito del cartel de "última verificación técnica", moviéndose al compás del cuadrado mecánico, estaba el...esperándome.

Qué lindo gesto, anónimo, de algún vecino al que probablemente aún no conozca.

(M)

1 comentario: