jueves, 18 de febrero de 2010

Un poco de todo...hacen mucho de nada

Me gusta dormir con sábanas limpias...me cuelgo y pasan 3 semanas sin cambiarlas
Trato de comer liviano...en el super siempre agarro a último momento un chocolate (gigante) para las noches de antojo...
Tengo paciencia infinita...y una intolerancia insoportable...
Mi cara de orto si pagara impuestos estaría endeudadísima...no me borran la sonrisa con ningun temporal...
Aplaudo al que canta en el subte y todos ningunean...me pongo el mp3 y miro para otro lado...
Saludo al colectivero...me exaspera si se traba la máquina y el tipo queda inmutable...
Opino cuando nadie me lo pide...me callo en exceso para no quedar desubicada
Me pongo colorada...soy una descarada
Me indigno...me chupa un huevo...
Me quejo...pago y me callo...
Dulce de leche...limón y frambuesa...
Pienso...no existo ni pienso...
Me compro cosas innecesarias...me tomo un bondi a las 3 de la mañana para no gastar en taxi...
Discuto por cosas que a los 3 días me parecen no tener sentido...

Todo eso, todo junto SOY.
Igual...que bien se siente llevarse bien con uno mismo no?

(M)

4 comentarios:

  1. Es largo, pero vale el tiempo disfrutado.
    No es mio, pero asi lo siento!

    De Oliverio Girondo en Espantapajaros

    Yo no tengo una personalidad; yo soy un cocktail, un conglomerado, una manifestación de personalidades.

    En mí, la personalidad es una especie de furunculosis anímica en estado crónico de erupción; no pasa media hora sin que me nazca una nueva personalidad.

    Desde que estoy conmigo mismo, es tal la aglomeración de las que me rodean, que mi casa parece el consultorio de una quiromántica de moda. Hay personalidades en todas partes: en el vestíbulo, en el corredor, en la cocina, hasta en el W. C.

    ¡Imposible lograr un momento de tregua, de descanso!

    ¡Imposible saber cuál es la verdadera!

    Aunque me veo forzado a convivir en la promiscuidad más absoluta con todas ellas, no me convenzo de que me pertenezcan.

    ¿Qué clase de contacto pueden tener conmigo —me pregunto— todas estas personalidades inconfesables, que harían ruborizar a un carnicero? ¿Habré de permitir que se me identifique, por ejemplo, con este pederasta marchito que no tuvo ni el coraje de realizarse, o con este cretinoide cuya sonrisa es capaz de congelar una locomotora?

    El hecho de que se hospeden en mi cuerpo es suficiente, sin embargo, para enfermarse de indignación. Ya que no puedo ignorar su existencia, quisiera obligarlas a que se oculten en los repliegues más profundos de mi cerebro. Pero son de una petulancia... de un egoísmo... de una falta de tacto...

    Hasta las personalidades más insignificantes se dan unos aires de trasatlántico. Todas, sin ninguna clase de excepción, se consideran con derecho a manifestar un desprecio olímpico por las otras, y naturalmente, hay peleas, conflictos de toda especie, discusiones que no terminan nunca. En vez de contemporizar, ya que tienen que vivir juntas, ¡pues no señor!, cada una pretende imponer su voluntad, sin tomar en cuenta las opiniones y los gustos de las demás. Si alguna tiene una ocurrencia, que me hace reír a carcajadas, en el acto sale cualquier otra, proponiéndome un paseíto al cementerio. Ni bien aquélla desea que me acueste con todas las mujeres de la ciudad, ésta se empeña en demostrarme las ventajas de la abstinencia, y mientras una abusa de la noche y no me deja dormir hasta la madrugada, la otra me despierta con el amanecer y exige que me levante junto con las gallinas.

    Mi vida resulta así una preñez de posibilidades que no se realizan nunca, una explosión de fuerzas encontradas que se entrechocan y se destruyen mutuamente. El hecho de tomar la menor determinación me cuesta un tal cúmulo de dificultades, antes de cometer el acto más insignificante necesito poner tantas personalidades de acuerdo, que prefiero renunciar a cualquier cosa y esperar que se extenúen discutiendo lo que han de hacer con mi persona, para tener, al menos, la satisfacción de mandarlas a todas juntas a la mierda.

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  2. GRAN Oliverio!! gracias Federico por compartirlo!
    (B)

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  3. Fede ¿me crees si te digo que por recomendación tuya allá en los pasillos facultativos me compré Espantapájaros de Oliverio?...y es uno de los libros que más releo una y otra vez...gracias gracias fede por tanta magiaaaa
    (M)

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  4. Yo creo que es un libro como para tener en la mochila, en la cartera y porque no en la billetera!
    A mi me rescata en todo momento, me hace sentir comprendido e incomprendido!
    Para mi, dicho libro fue, es y sera revelador!

    A tu salud literaria!

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