no puedo evitar la indignación cuando veo algo mal escrito. Pero cuando me topo con la sobredosis de comillas, directamente, me dan ganas de mandar a medio mundo al joraca y empiezo a hacer gestitos de enojo evidentes como mover insistentemente la cabeza de un lado a otro, resoplar, inflar las venas del cuello, etc.
¿Cuál es la idea de meterle esas dos rayitas superiores a cualquier palabra? No digo que seamos un manual de estilo de un diario toda la vida, pero un mínimo respeto a las reglas gramaticales no vendría nada mal. (bueno, si apenas podemos respetarnos entre nos...)
La lista de las comillas más enervantes:
"saque su número" para ser atendido (¿qué, el numerito es medio número medio no? ¿Me están queriendo decir que sacar el papelito de la cosita roja es al pedo?)
"bondiola" a la parrilla (¿es bondiola o un cacho de gato asado?)
"depilación" Elisa (¿EH? ¿Elisa dijo "depilación? ¿Quién es Elisa? ¿Por qué dijo esa palabra?)
"tenemos" ensalada de fruta sin azúcar (¿Tienen o es una joda? ¿Es sin azúcar, con edulcorante o no tienen ninguna fruta?)
Indígnese, enójese conmigo, demuestre esa poca tolerancia, a ver si se aprende de una buena vez que las comillas no van en cualquier palabra.
Gracias (B)
miércoles, 11 de noviembre de 2009
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